Ni el peor de los días tiene más de veinticuatro horas.

miércoles, 11 de enero de 2012

Hacía tanto tiempo que no pasaban la tarde juntos que no podían ocultar la emoción. Parloteaban entre risas, gritos y tonterías. Parecía que ni siquiera se escuchaban, se limitaban a hacer el bobo como solo lo saben hacer los que tienen una ilusión tan grande que son incapaces de mirarse sin sonreírse.
Cuando de repente:
-Te quiero.
Y una mirada dijo todo lo que llevaban tanto tiempo intentándose explicar.

No hay comentarios: