Ni el peor de los días tiene más de veinticuatro horas.
sábado, 24 de diciembre de 2011
Las lagrimas querían salir a borbotones pero no pudieron. Ella intento relajarse. Se mantuvo en ese punto frío y distante, como habitualmente, pero esta vez le costo más que nunca. Las palabras no salían. Un nudo en la garganta la impedía articular. Cara de que todo va bien y para casa.
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