Ni el peor de los días tiene más de veinticuatro horas.
sábado, 11 de diciembre de 2010
Escuchas música. Siempre digo que la música todo lo puede. Desde elevarte al cielo mas infinito hasta hundirte en la tristeza mas absoluta. Esta vez no fue tristeza exactamente, fue nostalgia más bien. Escuchas una canción tras otra. Automáticamente te teletransportas. Recuerdas momentos, personas, situaciones, cosas, sensaciones, lugares... Recuerdas, y cuando recuerdas añoras momentos irrepetibles, inolvidables, increíbles, especiales, únicos. Porque aun en el supuesto caso de que algún día se repitieran, no volverían a ser lo mismo.
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4 comentarios:
Es la primera entrada que leo en tu blog y me ha gustado mucho. :)
cada recuerdo es único, como la música, por eso los guardamos, no? :)
Una gran verdad. Por eso dicen que al sitio donde has sido feliz, no deberias tratar de volver.
Pero comohay canciones conchudas por dios!!!
A mi me pasa siempre, que cuando mas boluda ando, cuando mas depresiva y a punto de comerme 4 kilos de helado, prendo radio/tele/compu/me subo a un taxi y la cancion que estan pasando es para que te cortes las venas con un palito de helado.
En fin... me salio el momento "minita"
Muy buen blog!
Saludos
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